La vida misma

Siempre pensó que se podía hacer frente a muchas situaciones con relativa facilidad, al menos cuando uno estaba seguro de sí mismo. Pero sabía que se había visto sobrepasado. Un estado que le estaba dejando paralizado, abrumado por lo que se le venía encima.

Una compañera le comentó: “No se da cuenta que se perjudica tanto a sí misma como a las personas que acusa”. Días atrás leía no sin mofa, un artículo “El Poder de la Estupidez”. Y realmente se preguntó si el ser humano no es estúpido por naturaleza. Ese artículo se introducía apoyándose entre otros escritos de Carlo Cipolla (nombre en español al menos llamativo), en el apasionante mundo de la estupidez humana. La ley de oro de la estupidez para este autor de grueso apellido era la siguiente: “Una persona estúpida es alguien que ocasiona daño a otra persona, o a un grupo de gentes, sin conseguir ventajas para ella misma o aun resultando dañada.”

Molesta, pero creía profundamente que no era una ley de oro, más bien de platino.

De eso al fin y al cabo trata la vida, intentas no equivocarte, y te hundes. Estaba convencido de que el ser humano es competitivo por genes y no por memes, se estrella por su propia ambición. Ya había hablado muchas veces de eso con los amigos. Es preferible no leer, oir o ver los medios de comunicación. Como aplicara un poco de espíritu crítico acababa desanimado o peor, de mala baba. Necesitaba una cura cada cierto tiempo. Un lavado de memoria para no ingresar en un psiquiátrico irremediablemente.

Siempre había considerado que una de las normas para afrontar los problemas era reconocer que éste existe. Como señalaba el artículo, hay muy pocas disertaciones sobre la estupidez humana. No será que somos más inteligentes de lo que pensamos y sabemos que somos estúpidos de nacimiento, y algo tan obvio no necesita explicaciones. O huidizos de los problemas, y no somos capaces de darnos cuenta de nuestra gran ignorancia.

Sabía que las circunstancias le habían sobrepasado. Normalmente era mucho más optimista, pero el color negro estaba inundando todo su espacio.

Total, que estupidez.